Consultrxs políticos debatieron sobre escenario poselectoral
24/10/2019
El Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (Copes) de la Facultad reunió un grupo de consultorxs y especialistas en comunicación política para debatir el escenario poselectoral este miércoles 23/10. Presentada por el subsecretario de Publicaciones, Guillermo Levy, la charla contó con la presencia de la socióloga Paula Varela, la especialista en comunicación política Florencia Filadoro, el politólogo Gustavo Marangoni y el consultor Ricardo Rouvier.
Durante la apertura, Levy invitó a los presentes a pensar «más allá del resultado de las elecciones» del próximo domingo, y deslizó que la gran incógnita es «qué pasa el 28» de octubre. A continuación tomó la palabra el titular del Copes, Carlos De Angelis, quien calificó la mesa como «diversa» y ponderó que la actividad sirviera para discutir sobre «la transición hasta el 10 de diciembre».
La primera oradora de la tarde fue Varela, cuya especialidad se centra en conflictividad social y, por eso mismo, agradeció sobremanera la invitación. «Si esta mesa la hubiéramos hecho dos semanas atrás, este ejercicio hubiera quedado abstracto», dijo en alusión a los sucesos de Chile y Ecuador.
En ese sentido, postuló cuatro rasgos de lo que consideró una saga de crisis. Por un lado, mencionó la afectación de las condiciones de vida de «amplios sectores masivos», a los que atribuyó la cualidad de ser incluidos antes que excluidos pero puso sobre el tapete que problematizan y cuestionan su forma de inclusión. Por otra parte, trajo a colación «la crisis del extremo centro», entendiendo por tal concepto el crujido de la idea que reivindica la alternancia de corrientes políticas diferentes que traccionan a un consenso sobre ciertas medidas. Luego, cifró la particularidad de la etapa en la emergencia de la generación precaria, compuesta fundamentalmente por jóvenes sub30 que no suelen ser interpelados por el sistema político y que no gozan de estabilidad en el sistema laboral. Y por último -y después de desmenuzar la caída del macrismo desde la sanción, con represión incluida, de la reforma previsional el 18 de diciembre de 2017-, advirtió que los mercados dicen con sus cimbronazos que el ajuste no alcanzó, sin importar el saldo de los próximos comicios.
Filadoro, a su turno, centró su intervención en la futura conducción o eventual ruptura de Juntos por el Cambio. Al mismo tiempo, concedió al candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, «peso propio» pero señaló que el próximo gobierno no tendrá luna de miel. También se encargó de introducir al auditorio que la escuchaba atentamente en los primeros poroteos para el quórum en el Congreso, computando la intención de voto y su traducción a la obtención de bancas en las dos cámaras: según sus estimaciones, el panperonismo se quedaría con 116 bancas en Diputados, donde el quórum se alcanza con 129; y 36 bancas en el Senado, donde el total es de 72 escaños.
A continuación, tomó la palabra Marangoni. La metáfora de partida de su exposición fue su pasión por armar rompecabezas, distinguiendo ese hobby de la labor de la consultoría: mientras que en el rompecabezas el jugador sabe qué imagen debe componer, en la política tiene las piezas y no sabe bien cómo se armará el cuadro.
Ex titular del Banco Provincia durante la gobernación bonaerense de Daniel Scioli, el dirigente del PJ arriesgó que, sumando aliados, el Frente de Todos se podría quedar con un interbloque de 131 diputados, lo cual le daría quórum propio. El guarismo fue motivo de cruces graciosos entre Filadoro, Rouvier y Marangoni, pero las risas se apagaron al revisar el estado de las cuentas públicas: la creciente salida de dólares amenaza con desfinanciar las arcas del Estado y la pregunta sobre la actitud que adoptará el gobierno saliente no despeja la incertidumbre.
Finalmente, cerró el momento de las exposiciones el sociólogo Rouvier, que escogió como punto de partida el mojón de la «partidocracia en crisis». Al respecto, adujo que hay una «personalización de la política», cuya expresión más cabal fue -más allá de la maestría del gesto y la habilidad que le concedió a la maniobra- la designación que hiciera Cristina Fernández de Kirchner para que su ex jefe de Gabinete encabezara la fórmula. Asimismo, a ese aspecto le agregó el de la elitización de la política y no encapsuló el fenómeno solamente en las fuerzas de derecha.
Entre las preocupaciones por venir signó que el país cambió su perfil y mentó palabras como pobreza y decadencia. «El desafío será administrar la demora», concluyó en referencia a las dificultades que tendrá el próximo gobierno para pedirles paciencia a los sectores perjudicados por el modelo económico cambiemita.
