Charla del Oblat sobre las elecciones en Brasil
Estudiantes y docentes participaron el jueves 11/10 del debate sobre la primera vuelta en los comicios de Brasil, en el marco de la serie de charlas propuestas y organizadas por el Observatorio Electoral de América Latina (OBLAT) de la Facultad.
Con la presencia de Inés Nercesián, titular del observatorio, y el reconocido profesor Mario Toer, la cita reunió también a Monique Lemos, integrante del Colectivo Passarinho, el magíster en Ciencia Política por la Universidad de San Pablo y Doctor en Ciencias Sociales por la UBA, Amílcar Salas Oroño y sus pares Sergio Morresi y Ariel Goldstein.
Entre la urgencia de la hora y la necesidad de comprensión del fenómeno Bolsonaro, Lemos precisó datos acerca de las mañanas de candidato reaccionario. «Bolsonaro es malísimo en televisión, huye de la tele y aplicó una nueva forma de hacer campaña», indicó, y agregó que apeló a los «memes» para distribuir su mensaje a través de los más de 1500 grupos de WhatsApp que manejaba su equipo. Con tristeza, sentenció que «la gente ya no lee un programa político de 30 o 40 páginas sino que lee el meme».
A su turno, Goldstein se detuvo en el análisis de la figura de Bolsonaro como lo contrario a un outsider pero, además, explicó que su triunfo como «candidato sin partido» no es un fenómeno aislado. Por un lado, recordó que el brasileño apeló a la consultoría de Steve Bannon, el mismo empresario de medios que asesorara en la materia al presidente norteamericano, Donald Trump. Y por otro, repuso la victoria de Fernando Collor de Melo como el ascenso de una figura sin estructuras partidarias como respaldo.
Luego, tomó la palabra Morresi, quien recurrió a la polémica. «Hay que dejar de denunciar a la derecha por ser de derecha», sostuvo de entrada, y después desmenuzó su análisis en torno de las estrategias, a su juicio, erróneas del PT, al tiempo que distinguió el carácter vergonzante que había tenido la derecha carioca hasta Bolsonaro: ya no tiene ninguna, enfatizó.
Finalmente, Salas Oroño llamó la atención sobre «argumentos y rasgos fascistoides que vienen acelerándose desde 2016», y reclamó tanto a la academia como a la sociedad en general por lo que tildó como «gestos tibios» a la hora de defender a Dilma Rousseff en particular y la democracia en general. En ese sentido, advirtió que se asiste a un escenario de «confusiones complejas» y la pauta la da la existencia de «mucho lulista votando a Bolsonaro».