Debate sobre el impacto en la teoría y en la política en el momento fundacional de la Facultad
La decana Ana Arias coordinó una charla de docentes emblemáticos de la Facultad, en el marco de la apuesta colectiva por impulsar el programa de Memoria Institucional, una iniciativa para sistematizar testimonios, experiencias y documentos sobre los orígenes de FSOC.
En el estrado del aula 300 estuvieron como expositores les profesores Nélida Archenti, Estela Grassi, Stella Martini, Julio César Neffa y Daniel Cieza.
La Decana tuvo a su cargo la apertura de la actividad y remarcó que se trataba de “Una reunión de fundadores”.
En ese sentido, explicó que la gestión se encuentra trabajando “en la recuperación de la historia de la facultad”. “A quienes ahora estamos con responsabilidades de gestión, cuando fuimos estudiantes, nos parecía que la Facultad estaba desde siempre, pero estaba hacía cuatro años”, apuntó, y agregó: “Tenemos la responsabilidad de mostrar toda la experiencia Sociales y recuperar el momento fundacional de la Facultad. Para eso estuvimos entrevistando distintas personas. Por ejemplo, presidentes de los centros de estudiantes de las carreras preexistentes al momento de la fundación, personal no docente que estaba en las distintas carreras y se incorporó a la Facultad o la profesora Patricia Funes, que fue parte de la asamblea”.
Luego tomó la palabra Luis Lozano, graduado y docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación y consejero directivo de FSOC. Como uno de los impulsores de la iniciativa, reconoció los aportes del profesor Damián Loreti, que arrimó experiencias de memoria institucional en otras casas de estudios: “Animados con esas inquietudes, buscamos algo del acervo documental que nos dijeron que ya existía en la Facultad: videos, algunos registros de reuniones de profesores eméritos, consultos, entrevistas, materiales gráficos, publicaciones, boletines”, dijo Lozano.
Y antes de anunciar que se intentará formalizar este proyecto con una resolución del Consejo Directivo, explicó que la charla a punto de comenzar era deudora del diagnóstico sobre la necesidad de recuperar la historia de la Facultad y puntapié inicial de una serie de actividades más.
A continuación, Tomás Gilabert, estudiante de Ciencias de la Comunicación y parte del equipo que organizó la actividad, presentó un breve video realizado a partir de los testimonios de docentes y estudiantes que participaron en los orígenes de la Facultad.
La primera oradora fue Archenti, que evocó “el impacto del debate por la democratización” en los años previos a la fundación. Remontándose a aquella época, recordó la figura de Francisco Delich, a quien calificó como “un gran demócrata que se hizo cargo de la secretaría ejecutiva de CLACSO frente la dictadura”. “Transformó CLACSO en un sistema de protección para los investigadores y docentes que tuvieran que huir”, contó.
Archenti ponderó que “Delich tuvo una influencia importante en trabajar, debatir e indagar sobre la democracia y después fue el rector normalizador de la UBA”. “Delich, más la gente que lo rodeaba, venía con estas ideas”, dijo, y motejó ese arrojo como “la agenda democratizadora de los 80’”.
A su turno, Grassi reconoció que el testimonio de Ruth Kotchen en el video que se compartió tras la presentación inicial de Arias le “dio pie” a retomar su biografía desde 1984. “En el ‘84 todavía era muy difícil de permanecer acá”, indicó, y recordó que se organizó un “gran encuentro de estudiantes en Tucumán con la llegada a la carrera de Asistentes Sociales” y fue invitada junto a su compañero, Norberto Alayón, otro emblemático profesor recientemente fallecido.
Martini comentó que, durante su exilio, trabajó dando clases en escuelas secundarias y en planificación y dirección de adultos. “Me parece muy interesante armar un encuentro que tenga que ver con los exilios, el exilio en sí es una experiencia muy fuerte”, manifestó para adentrarse en una reflexión sobre los que se fueron, los que se quedaron, las víctimas y los sobrevivientes.
Por eso, reivindicó “la fundación de la Facultad a partir de una experiencia muy dura”. “Muy duro fue volver, no debo ser la única que perdió amigos, lugares de trabajo, relación con la misma familia”, repasó, y añadió: “también había que tratar de organizarse y volver a encontrar el país”.
Al respecto, admitió: “Extrañé durante más de un año mi lugar de exilio, que era Caracas”. “Tenemos muchas medallas más, entre comillas, porque no es una facultad que ya estaba funcionando”, precisó, y consignó: “Con todos aquellos que se habían quedado, los que habían vuelto, los que podían llegar a ser docentes o ya lo habían sido, los que se habían actualizado o no, había que trabajar porque el trabajo era, primero, político… había que pensar cómo se hacía la democracia”.
Neffa, por su parte, reconoció desde el arranque de su intervención: “Me emociona mucho estar acá”. “Soy economista y en 1971 creé un centro de estudios e investigaciones laborales que se llama CEIL pero, como consecuencia de los problemas que hubo en el ‘73 y ‘74, las autoridades disolvieron todos los centros de estudios”, dijo.
Luego compartió su itinerario y el de su familia, de la cual se tuvo que separar durante años porque pudo aplicar como investigador académico en Francia. Con el retorno de la democracia, un compañero suyo lo convocó para que contribuyera con el objetivo de “convertir en licenciatura” una carrera de tipo terciaria sobre “relaciones del trabajo”.
Finalmente, Cieza detalló la vida de los intelectuales argentinos durante el exilio en México, donde recalaron muchos profesores de la Facultad. De memoria, recitó los nombres de Mario Margulis, Juan Carlos Portantiero y Sergio Caletti, que llegaron a ser decanos, pero también mentó a Nicolás Casullo, Héctor Schmucler, Juan Pegoraro, Jorge Bernetti, Rubén Dri, entre otros.
El encuentro resultó profundamente emotivo y Arias, además de agradecer a todos los presentes, celebró especialmente la presencia de los profesores Ruth Sautu y Raúl Jorrat, que escuchaban a sus colegas desde la primera fila.