El consumo como espejo social
Pablo Mira y Hermes Fernández, profesor y estudiante de la carrera de Sociología, respectivamente, escribieron una nota para La Nación con el objetivo de pensar si la exhibición ostentosa de bienes en búsqueda de visibilidad fue variando a lo largo de las épocas y hoy dio un giro con las redes sociales, al tiempo que se preguntan si esa conducta puede ser perjudicial para el crecimiento económico. Bajo el título «El consumo como espejo social», retomaron los estudios de Thorstein Veblen, nacido en Noruega en el seno de una familia pobre y cultor de un sarcasmo contra las elites estadounidenses que «gastan para ser vistas», pero también los clásicos trabajos de Pierre Bourdieu, que les dieron pie para recordar que «la percepción social de nuestros consumos es variable y eminentemente relacional». Como sea, los autores concluyeron que «cambian los objetos, las marcas y las modas, pero la lógica permanece: gastar para sostener un lugar de visibilización en la sociedad». «El espejo social no se rompe: solo ajusta su reflejo», apuntaron.


