La comunidad de Sociales homenajeó a Glenn Postolski y bautizó con su nombre el Espacio Memoria de la Facultad

Docentes, graduades, autoridades de la Facultad, compañeres de militancia, amigos y familiares de Glenn Postolski realizaron este viernes 28/3 un emotivo homenaje al ex decano y bautizaron con su nombre el Espacio de la Memoria, ubicado en el viejo foyer del edificio, delante del auditorio. La ceremonia incluyó el descubrimiento de una placa que inaugura la nueva denominación del lugar y una foto de Glenn con Hebe de Bonafini, tomada en marzo de 2018, cuando las Madres de Plaza de Mayo donaron a la Facultad las baldosas pintadas con el pañuelo blanco.
 
La secretaria de Géneros y Derechos Humanos, Malena Magnasco, se encargó de presentar la actividad y distribuir la palabra. Pero antes de cedérsela a la decana Ana Arias, resaltó la figura de Glenn para la comunidad y recordó que, cuando se fijó la fecha para esta ceremonia, no se habían dado cuenta que coincidía con la del día internacional del hincha de Huracán, club del cual Postolski era fanático.
 
La Decana evocó la trayectoria de Glenn pero, sobre todo, reparó en los primeros años en que la carrera de Trabajo Social y la de Ciencias de la Comunicación compartieron la sede de Constitución. Ambos fueron, durante ese período, directores y, con la voz entrecortada por la emoción, propuso «recordarlo, valorar su aporte, el enorme efecto que provocó».
 
Arias se detuvo, además, en el discurso de asunción de Glenn como director de la carrera. «Ese día, entre los objetivos que trazó, dijo ‘quiero seguir siendo amigo de mis amigos'», contó.
 
Luego, mencionó que con la mudanza final del decanato al edificio de Santiago del Estero también llegó el primer boletín de la Facultad, fechado en 1988. «Está mecanografiado y uno de los redactores es Glenn», dijo, y concluyó: «Va a ser un honor que este espacio de la memoria lleve el nombre de Glenn».
 
El secretario académico de Ciencias de la Comunicación, Sebastián Ackerman, fue quien tomó la posta a continuación y, también conmovido, reconoció a Postolski «las puertas que abrió». «Glenn es muy trascendente para la carrera. Pasó por todos los claustros e impulsó medidas que cambiaron la vida y las condiciones de trabajo en la Facultad, desde los concursos de auxiliares hasta la reforma del plan de estudios o la gratuidad de los posgrados para los estudiantes», consignó.
 
A su turno, Yuyo Ceballos distinguió a Glenn como alguien «muy inteligente», «cabrón», «fuerte y comprometido». «Era un militante: jugaba al fútbol, jugaba bien, tenía esa cosa de barrio que nunca perdió», abundó, y precisó: «Era uno de nosotros, el primero de nosotros, un intelectual con corazón de trabajador».
 
Los oradores, que iban desde sus familiares hasta sus compañeros en la Facultad, se sucedían y reponían anécdotas que lo pintaban de cuerpo entero. 
 
Gustavo Bulla, docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación y ex secretario de Gestión, destacó que «Glenn tuvo la virtud de pasar por todas las instancias» y lo definió como «el emergente colectivo de una generación». En efecto, Postolski cursó como estudiante, se graduó como licenciado en Ciencias de la Comunicación y fue miembro de junta, director de la carrera y decano.
 
Adriana Ghitia, que fue una de las impulsoras del Consejo Asesor Sindical junto a Stella Escobar, trató de ser sintética y dijo que Glenn «es un militante» y «uno de los socios fundadores de la vieja banda, que nunca perdió la referencia del conjunto».
 
El ex decano Fortunato Mallimaci también pasó al frente para compartir su mirada y puso en valor las discusiones que mantuvo con el homenajeado. La importancia de esos debates, según el profesor, estaba en la «discusión sobre qué tipo de facultad» había que construir.
 
En ese sentido, postuló que «esta facultad forma militantes». «Acá se habló de la pasión de Glenn y la militancia, sin pasión y sin amor, de qué sirve», preguntó, y añadió: «Glenn no venía a gestionar, la idea esa déjensela a los liberales, acá se viene a conducir la facultad».
 
La hija de Glenn, Violeta, y sus dos tíos también tomaron la palabra y agradecieron el homenaje. El hermano mayor de Postolski, incluso, narró que vaticinó algunas de las derivas del gobierno actual y «el oscurantismo» que advendría. «Para todo eso, tengo una palabra, Glenn», resumió.
 
Finalmente, habló Omar Rincón, ex funcionario durante su gestión y compañero de Glenn, con quien marchó el 24 de marzo de 2024 desde la ex Esma a la Plaza de Mayo pese al deterioro en la salud de su amigo. «Tengo bronca porque me cuesta entender que no está», admitió al arrancar.
 
Pero luego de calificarlo como «obstinado, amigo, gaucho y despojado», también se acordó de la forma particular en que lucía, contra los consejos de su entorno.»Había un problema con el dobladillo que no pudimos solucionar», reconoció.
 
Y para cerrar, eligió las palabras de Andrés Rivera, un autor que Glenn le hizo conocer. En su libro «La revolución es un sueño eterno», el escritor le hace decir al prócer Juan José Castelli: «Pienso, también, en el intransferible y perpetuo aprendizaje de los revolucionarios: perder, resistir. Y resistir. Y no confundir lo real con la verdad». «Eso -dijo Rincón- es lo que más se parece a él».
 


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