Un tipo que supo, en la Facultad
El periodista Mario Wainfeld presentó su libro sobre el presidente Néstor Kirchner, acompañado por el decano Glenn Postolski, la ex ministra de Defensa y actual diputada Nilda Garré y el periodista Martín Rodríguez.
El decano Glenn Postolski encabezó la presentación del libro “El tipo que supo”, junto a su autor, el periodista Mario Wainfled, su par Martín Rodríguez y la ex ministra de Defensa y actual diputada, Nilda Garré. Desde el aula 300 de la sede ubicada en Santiago del Estero 1029, Postolski agradeció la presencia de Wainfeld y destacó: “si hay algo que trasunta el trabajo de Mario es que uno siente que está viendo una foto o radiografía de la historia”.
En ese sentido, ponderó al eximio redactor de Página 12 como un “gran escritor” y “un periodista político de los más interesantes que ha dado el país”. Y luego, apeló a la pregunta retórica de por qué hablar de este libro en la Facultad, para responder que “sin duda que el lugar que ha construido el proyecto político que estuvo en la Argentina entre el 2003-2015 constituyó una escena cualitativamente diferente para la universidad”.
Al respecto, contrastó la situación de los últimos años con la década del 90 y el gobierno de la Alianza. “Nos sentíamos parte de núcleos de una resistencia”, recordó, y agregó: “los mejores años fueron los que se dieron desde 2003 y parte de eso es este lugar donde hoy estamos”, en referencia al edificio único de la casa de estudios.
El Decano indicó también que el libro de Wainfeld no se queda solamente en los logros. “No es que nos persiguen o somos cuestionados por lo mejor que hicimos porque, como lo he venido escuchando decir a Mario, algunas cosas que hicimos no fueron de lo mejor y son las cosas que debemos repensar para hacerlas como corresponde cuando volvamos”, concluyó.
A continuación, tomó la palabra Rodríguez, quien se definió como amigo, admirador y compañero del autor, y se propuso dedicarle unas palabras a Wainfeld, otras al libro y, finalmente, al ex presidente.
“Mario, a mi entender, sabe ser, sabe llevar sobre él dos identidades que en la política argentina no son fáciles de llevar: es peronista y progresista”, dijo entre las risas del auditorio. Y enseguida, aclaró que se trata de “una virtud única” que, a su criterio, le permitió ser “rápidamente comprensivo tanto de Néstor Kirchner como del kirchnerismo en sí”.
Sobre el trabajo en particular, sostuvo puntualmente –y parafraseando la crítica de un portal de internet- que “el libro de Mario funciona como Great Hits, el repaso de los grandes éxitos del kirchnerismo”. “Pero también hay un racconto de los errores”, remarcó.
Según Rodríguez, Wainfeld “resume su poética en la palabra tipo” porque describe a Kirchner como “lo más normal o lo más ordinario”. “No como una figura espectacular o sobresaliente, sino como un tipo que vio o que pudo hacer algo”, completó.
A su turno, Garré arrancó su exposición agradeciendo “el libro”. “Aún para los que estuvimos muy cerca de Néstor y viendo lo que pasaba políticamente porque éramos parte y resolvíamos parte de lo que pasaba, el libro nos sigue develando los procesos de las tomas de decisiones y sigue teniendo la franqueza de los límites que no se pudieron superar, los errores y algunas veces, también, que no se sabía la solución”, precisó.
La legisladora atribuyó al autor, además, “una inteligencia que le permite comprender al personaje Néstor Kirchner”. Entre anécdotas y repaso de situaciones que le tocó vivir en el gabinete, la ex funcionaria detalló las dificultades del “escenario que afrontó” el patagónico al llegar y el carácter “obsesivo” que tenía para seguir cada tema, aunque subrayó “su gran sensibilidad” como un aspecto que no siempre se percibía.
Finalmente, confesó su gratitud el propio autor. “Yo hago ejercicio ilegal de las ciencias sociales”, expresó como una humorada.
Después de admitir que va releyendo su trabajo a partir de las devoluciones que le hacen, comentó que quiso escribir “sobre un presidente que votaron muchos argentinos sin conocerlo y que siete años después lloraron desoladamente”. “A mí también me fue convenciendo y fui creyendo en lo que iba haciendo y el día que falleció, sabiendo lo que iba a escribir y pensando lo que iba a escribir, escribí ‘muchos argentinos lo lloraron ayer y también lo llora este cronista’”, explicó.
Bajo ese enfoque, definió su trabajo como una crónica y reconoció que, por consejo de sus editores, no escribió el libro que pensó en escribir. “Quise contar no un ensayo sino un inventario de medidas”, graficó, y añadió también su deseo de indagar “cuánto influye el azar”, además de las cualidades personales de los protagonistas de la historia.
Entonces, enumeró minucias de diálogos que mantuvo con el protagonista de su libro. Y tras otorgarle peso al azar, ponderó la decisión y la voluntad para construir y solidificar un proyecto político.
Como corolario, Wainfeld recurrió a una serie de metáforas futboleras. “Kirchner siempre supo para qué arco patear”, remató.
