A los docentes y graduados, estudiantes y trabajadores no docentes de la Facultad de Sociales

17/09/2010

Al acercarse la tercera semana completa de toma de la Facultad de Ciencias Sociales, los funcionarios y consejeros directivos comprometidos en la gestión de gobierno que se inició en marzo pasado, consideramos oportuno pronunciarnos de modo conjunto respecto de la situación que todos atravesamos, para destacar algunos puntos compartidos más allá de los matices que cada uno pueda sostener.

1.- Ha sido, es y seguirá siendo el diálogo entre los diversos actores políticos, académicos y gremiales de la Casa, con reconocimiento de las diferencias, el principio rector de las relaciones que buscamos sostener con todos los sectores de la comunidad.

Nos importa subrayarlo porque se ha vuelto frecuente la imputación de lo contrario. Claro está, el diálogo requiere de condiciones razonables para su desarrollo. No es concebible el diálogo, en el sentido en que lo asumimos, bajo ninguna forma de coerción o cuando parte del desconocimiento de la legitimidad de las elecciones realizadas en todos los claustros hace apenas un año.

Se reprocha a las autoridades no haber convocado al diálogo desde que se inició la toma. Parece un contrasentido. Se tomó la Facultad impidiendo por la fuerza la realización de una reunión del Consejo Directivo, se requirió a las autoridades que se retiraran de sus oficinas por ser personas no gratas, y luego se les reprocha, durante el mantenimiento de la toma, no convocar al diálogo.

2.- Nos interesa compartir con toda la Comunidad de Sociales la alarma por las consecuencias prácticas que acarrea una toma prolongada como ésta. Se demoran designaciones docentes Y, en algunos casos se provoca la pérdida de días de nombramiento, se caen concursos así como defensas de tesis, se interfieren los trámites administrativos necesarios para el cobro regular de muchos salarios, becas y pasantías, trámites de titulación y entregas de diplomas, procesos de compras de insumos y equipos ya iniciados, ejecución de convenios con distintas instituciones, y, por supuesto, clases de grado y de posgrado, en el caso de estas últimas, a veces irrecuperables. Los perjuicios afectarán a numerosos miembros de la Comunidad y pueden prolongarse más allá de la toma propiamente dicha, esto es, durante el tiempo que lleve restituir los flujos administrativos normales.

3.- Esta alarma no supone una defensa del orden ante la lucha por los cambios. Se nos acusa en ese sentido de neoliberales y a pocas cosas somos tan ajenos como a ésa. Lo que nos preguntamos es de qué lucha por cuáles cambios se trata. En otras palabras: ¿qué elementos involucrados en esta lucha, qué cambios concretos de los que se demandan, pueden permitir destrabar el conflicto, levantar la toma y suspender la acumulación de perjuicios que se constata hoy para todos los sectores de la Comunidad de Sociales?

En otras palabras, no visualizamos como expresión de una genuina voluntad de diálogo la repetición de demandas que están destinadas a no poder ser respondidas en ningún caso por las autoridades de la Facultad, a veces por exceder su ámbito (derogación de la LES, cierre de los procesos judiciales a estudiantes, terminación del nuevo edificio ya!), a veces por no ser cuestiones que puedan decidirse a mera petición de parte (desacreditación de los posgrados ante la Coneau: ¿qué sucedería con los becarios que perderían sus becas, con los proyectos e investigadores Ubacyt y Conicet?)

Hay otras demandas, claro, y nunca se las ha pasado por alto porque también son objetivos de las autoridades. Está la del mantenimiento de la sede de Marcelo T. de Alvear. En la página web de la Facultad figuran en detalle las acciones encaradas desde marzo y las que estaban en marcha antes de la toma. Acciones que seguramente deben reforzarse y ampliarse en la medida de los recursos presupuestarios disponibles. Está también la del comedor estudiantil en la nueva sede. Pero este reclamo es materia de otra paradoja. Quince días antes de la toma, y durante una reunión con las agrupaciones del CECSo, convocada por el Decano con agenda abierta, el tema fue abordado, se acordó que era una materia a resolver y que las autoridades propondrían en el siguiente encuentro una locación concreta para instalar un bar transitorio dentro del metraje que habilitará la segunda etapa y hasta que estuviese concluida la tercera etapa del edificio, donde el comedor estudiantil está explícitamente previsto y señalado. ¿Cómo entender que lo que está en vías de un posible acuerdo se transforme en reclamo que justifica una toma y que, luego, olvidando incluso el reclamo, se proceda con la violencia de la fuerza, en una acción unilateral, haciendo conexiones fuera de norma y con peligro para la obra y generando nuevos obstáculos para cualquier diálogo futuro, para el cursado de clases de los propios compañeros, para la mudanza de la sede de Parque Centenario que está anunciada desde hace meses para este verano?

Resta el razonable reclamo de becas de estudio para estudiantes de bajos recursos, que no es lo mismo que un subsidio al CECSo. Pero se ha declarado reiteradamente que no era ése ni el motivo ni la solución para la toma.

4.- Para la mayoría de nosotros no existe ni el horror pequeño burgués por el desorden ni la vocación por descalificar al movimiento estudiantil en ninguna de sus expresiones. Lo que no quiere decir que estemos inhibidos de intervenir en el debate de las distintas circunstancias que atravesamos, del mismo modo que el movimiento estudiantil tampoco se inhibe de hacer lo propio. Por favor, no se interprete que expresar nuestras diferencias supone descalificar al interlocutor. Si así fuese estaríamos en problemas aún mayores que aquellos en los que nos encontramos.

A la vez, es nuestra obligación reconocer la diversidad de expresiones de este movimiento estudiantil. Y así como los claustros docentes se han expresado en uno y otro sentido, también cabe advertir que al menos cinco agrupaciones estudiantiles han manifestado distinto tipo de disidencias con las perspectivas expuestas por quienes conducen la toma de la Facultad.

5.- Al margen de ello, nos mueve la  convicción de que estamos intentando dialogar con un importante actor político del cogobierno de la Universidad Pública. En ese marco,  los respetamos como actores políticos de nuestra vida institucional y pretendemos que se hagan cargo de las consecuencias de sus actos, del mismo modo que otras agrupaciones políticas y las autoridades se hacen cargo de las suyas.

6.- Nos preocupan los términos de la convivencia que estemos construyendo para los años futuros. Exhortamos a todos los actores académicos, políticos, gremiales a tener presente este crucial y delicado punto.

No hay Universidad sin convivencia de las diferencias. Eso no es ni revolucionario ni progresista, ni neoliberal ni reaccionario: es el modo específico en el que cobran cuerpo unas y otras posiciones, en una magnitud que, tal vez, sea mayor a la de todos los otros campos del espacio público. Confundir las modalidades propias de cada conformación del espacio de lo público puede llevar a errores enormes.

7.- Ojalá podamos avanzar en el debate de los grandes temas nacionales y universitarios, donde seguramente es más lo que compartimos que lo que nos diferencia. De qué manera Sociales continúa y profundiza su postura públicamente asumida de servir con sus conocimientos a las mejores causas populares, de avanzar en sus contribuciones al fortalecimiento de las organizaciones sociales, junto a la defensa de los horizontes de una mayor igualdad y justicia para los argentinos; cómo avanzamos entre todos en la discusión de las formas bajo las cuales la Universidad pública forme parte de las fuerzas para la transformación del país y no para la denigración recíproca de los actores que la buscan; y también: de qué manera la Universidad de Buenos Aires se hace cargo (mediante becas u otros formatos) de los derechos de acceso y permanencia en sus aulas de los sectores de menos recursos, de qué manera la Universidad de Buenos Aires perfecciona sus instituciones de gobierno, de qué manera la Universidad de Buenos Aires respeta cabalmente la autonomía del movimiento estudiantil al tiempo que el movimiento estudiantil respete las instituciones del co-gobierno de las que forma parte.

Firmas:

Decano Sergio Caletti

Vicedecana Adriana Clemente

Secretaria Académica Stella Martini

Secretaria de Estudios Avanzados Carolina Mera

Secretario de Extensión Alejandro Enrique

Secretaria de Gestión Institucional Mercedes Depino

Secretaria de Hacienda y Administración Cristina Abraham

Secretario de Proyección Institucional Diego de Charras

Profesores

Héctor ANGÉLICO – Damián LORETI – Nélida ARCHENTI – Mónica LACARRIEU –  Roberto POMPA – Luis CASTILLO MARIN– Oscar MORENO – Mario TOER
Graduados
Gustavo BULLA – Javier BRANCOLI –Enzo CANADE –Emiliano CENTANNI – Esteban DE  GORI –Pablo HERNANDEZ – Damián PAIKIN – Mariano MONTES


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Sede SE | Santiago del Estero 1029
CABA – Argentina | Tel +54 (11) 5287-1500

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