Emotiva jura de grado en Sociales
La decana Ana Arias y el vicedecano Diego de Charras encabezaron un nuevo acto de colación de grado en el auditorio de la Facultad. Acompañados por las directoras de la carrera de Ciencias de la Comunicación, Larisa Kejval; Trabajo Social, Soraya Giraldez; Ciencia Política, Elsa Llenderrozas; y Relaciones del Trabajo, Mariana Nogueira, y la secretaria académica de Sociología, Sandra Guiménez, hicieron entrega de un centenar de diplomas a graduados y graduadas de esta casa de estudios.
De la ceremonia participaron también el secretario de Académica, Hugo Lewin, las subsecretarias del mismo área, Andrea Echevarría y Verónica Mistrorigo, como así también el secretario de Gestión Institucional, Diego Bráncoli.
Como docente invitado para dedicarles unas palabras a los flamantes egresados y egresadas, Claudio Robles apeló a una metáfora de la crianza para pensar la trayectoria académica, definiendo la labor de los padres como la de «un acompañamiento amoroso hacia la puerta de calle» y asumiendo que «el desafío del enseñante es que algún día no se lo necesite más». Profesor de las materias «Derecho» y «Trabajo Social, Procesos Grupales e Institucionales» en la carrera de Trabajo Social, expresó: «quiero destacar que ustedes han llegado hasta aquí también, y quizá por sobre todo, porque hemos sabido luchar por políticas públicas que prioricen el bien común y, en nuestro caso, el derecho a una educación superior pública, libre y gratuita».
Robles reivindicó, además, la marcha universitaria en defensa de la educación pública. «Siempre será tarea de las Ciencias Sociales interpelar la realidad, problematizarla, es decir, introducir preguntas donde se pretenden generar certezas para, en definitiva, construir la transformación de la sociedad», manifestó.
Bajo esa perspectiva, consideró que «nunca como hoy resultó tan trascendente defender lo público estatal». «Recuerden que si detrás de cada necesidad nace un derecho, también nace un profesional de las ciencias sociales», aseguró.
Finalmente, les recomendó: «atrévanse al trabajo colectivo, a la interdiscilpina, al trabajo en red, porque es allí donde se pone en juego, como dijera Paulo Freire, que todos sabemos algo y todos ignoramos algo, por lo tanto todos y todas podemos aprender y enseñar». «Cuiden su cabeza y revisen siempre sus emociones porque les necesitamos sanos y sanas para la menuda tarea de pensar y de transformar la realidad y vuelvan cada tanto la vista atrás para no olvidar nunca cuál fue el punto de partida», concluyó.
Luego fue el turno de Milagros Mariel Alonso, egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación y graduada con mejor promedio en esta cohorte. En su discurso, aludió a la medida y el peso del diploma para aludir a la dimensión del esfuerzo que «esa cartulina», al decir suyo, significa. «Cuarenta y tres centímetros de alto y cincuenta y tres centímetros de alto con un timbrado que dice Universidad de Buenos Aires y República Argentina», sintetizó.
En ese sentido, sostuvo: «esas cartulinas color blanco mate pesan unos 50 gramos pero solo nosotros sabemos el peso de una carrera universitaria». «Los diplomas pesan cientos de horas en tren, colectivo y subte, pesan cursadas hasta las once de la noche, pesan días enteros de estudio y reuniones a las que no pudimos ir, pesan todos los trabajos precarizados que tuvimos para sostener la carrera», graficó, y agregó: «los diplomas pesan más de 30 materias, decenas de trabajos prácticos, parciales, finales y tesinas, pesan el apoyo incondicional de familias y amigues».
Alonso narró que, gracias a las prácticas preprofesionales de ANCCOM, ingresó a trabajar como periodista a Télam. Luego de evocar la figura de Viviana Mariño, profesora de la Facultad y primera gerenta periodística mujer de la historia de la agencia de noticias estatal, afirmó: «Sociales me acompañó en el acceso a mi primer empleo en el campo de la comunicación y hoy sigo siendo trabajadora de Télam, orgullosamente trabajadora de Télam».
Finalmente, apuntó: «en tiempos donde el recorte avanza a fuerza de motosierra y licuadora en todos los organismos públicos, se necesitan más que nunca profesionales de las ciencias sociales que mantengan viva la esperanza de transformar la realidad social». «Tenemos el deber de hacerle honor al título que nos vamos a llevar a cuestas con el timbrado de la Universidad de Buenos Aires y la leyenda de República Argentina», enfatizó.
A continuación, tomó la palabra la Decana, quien luego de dar la bienvenida no solo a les graduades sino también a sus familiares y afectos felicitó a Joaquín Escobar, un flamante politólogo de 80 años de edad. «Joaquín, te felicitamos, eso demuestra la constancia y la coherencia con el deseo», dijo.
Frente al auditorio colmado, Arias explicó que el rito de pasaje de la entrega de diplomas implica también «una nueva identidad» para los profesionales de las ciencias sociales. Y compartió cifras recogidas por el sociólogo Eduardo Chávez Molina para precisar que «Argentina tiene 2,5 millones de estudiantes en el sistema de educación superior y ese número aumentó de manera exponencial, porque eran 1,7 millones en 2012».
Por otra parte, remarcó que «Argentina es el segundo país de la región, después de Uruguay, con la mayor cantidad de estudiantes que son primera generación de profesionales» en sus familias, y agregó que eso convierte a «la educación superior en uno de los mecanismos de movilidad social ascendentes más jerarquizados de nuestra sociedad».
Al cierre de su discurso, invitó a los gradudados y graduadas que «celebren» y disfruten del fetiche del título en esta jornada. «Sepan que esta es su casa y que tenemos el compromiso profundo de seguir sosteniendo esta institución que es una de las tantas con la responsabilidad de garantizar el derecho personal y colectivo a la educación», expresó.
