Otra emotiva jura en Sociales
Una nueva cohorte de graduades recibió su diploma este viernes 28 de junio en el auditorio de la Facultad. La ceremonia arrancó después de las 16 con la presencia de la decana Ana Arias, el vicedecano Diego de Charras, les directores de las carreras de Ciencias de la Comunicación, Larisa Kejval; Ciencia Política, Elsa Llenderrozas; Trabajo Social, Soraya Giraldez; y Relaciones del Trabajo, Mariana Nogueira. En representación de Sociología, participó la secretaria académica, Sandra Guimenez.
Además estuvieron el secretario académico, Hugo Lewin, y su par de Gestión Institucional, Diego Bráncoli.
La primera en hacer uso de la palabra fue la profesora invitada, Cora Gamarnik. Docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación, comparó la producción de conocimientos en la universidad pública con el relato de Bruno Latour donde un viajero llega a la costa de China navegando desde el Pacífico y le pide a un habitante del lugar que le diga cómo es ese territorio. Entonces, su interlocutor dibujó sobre la arena la forma de su terruño y, ante el temor de que la marea borrara el gráfico, el protagonista se apuró a copiar la pieza sobre un papel suyo y, así, pudo salvar del olvido el detalle cartográfico.
En ese sentido, Gamarnik sostuvo: «creo que nuestras universidades son lo que nos permite que la marea no borre los dibujos». «Son esos dibujos en la arena que nos permita ampliarlos, recrearlos, transformarlos», argumentó.
Bajo esa perspectiva, reivindicó la universidad pública como el espacio que «sigue permitiendo que haya pobres que entren a la universidad y se puedan transformar y transformen a sus familias», pero también sugirió: «Hay que animarse a defender lo que tenemos e imaginar lo que queremos».
Luego, fue el turno de la graduada con mejor promedio, la flamante socióloga Chiara Parola, quien remarcó que el logro de la licenciatura era resultado de «una construcción colectiva». «En esta facultad se discute en las aulas, los pasillos, los kioscos y los baños pero también en la estación del Subte C», dijo para refrendar su fe en los lazos de la comunidad, y agregó: «Me voy con el pecho inflado de orgullo por haber recibido educación gratuita y de calidad».
Finalmente, felicitó a les graduades la Decana y les invitó a «gozar del ritual de pasaje» que implica obtener el diploma, sin temor al «fetichismo» por ese título. Además, reivindicó los contenidos de las cinco disciplinas que se dictan en la Facultad, aun cuando los familiares de quienes esta tarde se recibían hubieran preguntado infinidad de veces qué estudiaban sus hijos: «Las cosas importantes de la vida son difíciles de definir, como el amor o la amistad. Así que si son difíciles de definir nuestras profesiones, está bien», se explayó.
Por lo demás, atinó a dar un mensaje esperanzador frente al contexto de ataque sistemático a la universidad pública, y exhortó a quienes juraban a que «vuelvan a creer en la experiencia histórica de la que son resultado». Para concluir, apeló a una frase de Raúl Scalabrini Ortiz: «creer, he allí toda la magia de la vida».
