Conferencia de Gianni Vattimo en Sociales

«Se necesita un ideal de alternativa que sacuda la resignación colectiva» afirmó el filósofo italiano Gianni Vattimo durante su presentación en el Auditorio de la Facultad el miércoles 5 de noviembre.

«El comunismo merece ser reportado a la luz», fue otra de las frases centrales de un Vattimo que desacomodó a los desprevenidos que se regocijaban en las citas que remitían a Fredrich Nietzsche. Según el autor de obras como El pensamiento débil: «esto significa hacer imaginar a los ciudadanos una alternativa al presente».

Ya llevaba más de una hora en su conferencia: «Resistencia, comunismo, anarquismo», cuando soltó la frase que terminaría de anudar la cadena de significantes que bollaron durante su alocución. «Se puede hablar de la resistencia como la situación en la que estamos, el comunismo como el ideal y el anarquismo como el método», argumentó, pero advirtió enseguida que «para resistir, para mover políticamente las masas, se necesita un ideal de alternativa» que sacuda la «resignación colectiva», el flagelo que a criterio de Vattimo asola en Europa.

Con el decano Glenn Postolsk a un lado y el secretario general de Fedun, Daniel Ricci, al otro, el intelectual abrió su conferencia cuestionando «el valor» que se acredita al hecho de «ser moderno». «Por qué es un valor ser más acá que más allá», inquirió retóricamente, y prosiguió: «El final de los meta-relatos no ha sido un nuevo meta-relato, sino un hecho nada más».

En ese sentido, negó que la misma idea de posmoderno fuese una nueva forma de metafísica, más adecuado o fundada. «El pensamiento débil insiste sobre el hecho de que no se puede teorizar una verdad única basada en el progreso», enfatizó.

Entonces, Vattimo consideró que «una teoría del ser no se puede hacer sin considerar lo que pasa» porque «el ser es lo que acontece». No obstante, se preguntó: «Qué pasa con el ser en nuestra condición actual».

Al respecto, indicó que «lo que es llamado la verdad de los hechos es la verdad de los que hacen, indican o interpretan los hechos». «Los que dicen que la lucha de clases se terminó son como los que dicen que la mafia no existe, porque son los mafiosos», completó.

Y ante el escenario de un mundo cada vez más controlado y «tecnologizado», según sus propias palabras, Vattimo recetó «microrevoluciones» y «resistir con desajustes en el sistema». «Ahora, ¿es una condición vivible?», deslizó confesando sus propias incertidumbres.

Con tamaño diagnóstico, el académico recordó la historia de un amigo suyo que llegó a ser alcalde de Turín, en Italia, y que ya se encuentra jubilado. Pero el ex gobernante, a pesar de todo, retomó las acciones políticas a poco de retirarse para disfrutar apaciblemente de su vida y, cuando Vattimo le preguntó por qué había retornado a las tareas militantes, su compañero le contestó: «Me lo recomendó el neurólogo».

Entre las risas y aplausos del auditorio, el filósofo europeo concluyó que «esa es la única forma de salvar el alma». Y tras una serie de preguntas abiertas del público, hubo espacio para la foto familiar e, incluso, alguna que otra selfie.

no se han encontrado imágenes

La perlita

Párrafo aparte merecen las carcajadas que se desataron cuando el filósofo se permitió una licencia mientras citaba su propia obra. «Soy un buen inventor de títulos», se jactó, y reflexionó: «Después, las obras tal vez no sean tan revolucionarias pero soy tan buen inventor de títulos aún cuando luego no escriba los libros».